-
Qué poco humor el tuyo
-
¿Qué tan diferentes somos?
podrías decir que
¿lo suficiente para no estar juntos?
-
Es herencia bíblica el jardín del Edén,
su belleza se perdió,
ahora sólo conservamos el privilegio
de toparnos con distintas personalidades
de aspiraciones múltiples.
-
Antes nos unía lo divino,
pero hoy no separa la realidad
cubierta por la estupidez de la imaginación
que ha sido creada para no pensar.
-
Ayer me preguntabas si me gustaba tu cabello,
te respondí que para mi
sólo era un montón de cabellos,
que asemejaba a un estropajo,
pero que alguien más podría pensar
que es un follaje perfecto.
Me dijiste: estúpido,
tomaste tus maletas y te largaste.
-
Y así fue como me di cuenta de mi error.
Entonces, prometí ante el santo de nuestra devoción,
dejar de hacer metáforas baratas
y optar por las románticas.
-
Si te hubiera respondido que tu cabello
me recordaba a la tormenta
que nos sorprendió en Paris,
seguramente en lugar de largarte,
me hubieras besado
y después susurrado:
por eso te amo.
--