Los demonios se desataron y la culpa es de Alí Calderón. Hasta un académico desenvainó su lanza quijotesca a pesar de su “proclive edad” y de no querer “entrar en polémicas”. ¿Y entonces para qué desenvaina la lanza?

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El pasado jueves Armando Pinto desmintió a Alí Calderón acerca del sin fin de escritores internacionales publicados, defendiendo con esto su prestigio a nivel internacional, ahora va una pregunta: ¿entonces dónde están Rodrigo Fresán, Edmundo Paz Soldán, Santiago Gamboa, Fernando Iwasaki, Santiago Roncagliolo, Gonzalo Garcés, Mario Mendoza, Iván Thays, Jorge Franco, Rafael Argullol, Luis García Montero, Alberto Fuget o Enrique Vila-Matas?, esto en cuanto a los internacionales, y de los nacionales: ¿por qué no veo publicados a Rafael Lemus, Fernando del Paso, José de la Colina, Cristina Rivera Garza, Mario Bellatin, Luis Humberto Crosthwaite, Tryno Maldonado, Rosa Beltrán, Ximena Sánchez Echenique, Guillermo Fadanelli, Carlos Fuentes, Eduardo Antonio Parra, Xavier Velasco, Gabriel Zaid, Eugenio Aguirre, Christopher Domínguez Michael, David Toscana, Ignacio Padilla, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Beatriz Rivas, Ana Clavel, Sabina Berman, Heriberto Yépez, Vivian Abenshushan, Camila Krauss, etcétera? Vaya, y de los escritores locales, qué pésimo argumento el de Pinto, si no es porque hay una mujer estaríamos hablando del Club de Tobi que tiene como “dios” al hoy extinto Meneses, y se le fue Enrique de Jesús Pimentel, por mucho, mejor poeta que “Maclovio” Sarabia y que otros de los ahí nombrados, se olvidó de su compadre Víctor Rojas que a través de su Lunarena edita a todo este séquito club. De la lista de escritores locales, sin duda Álvaro Solís, Alejandro Palma y Alejando Badillo pertenecen a una lista de mayor calidad y visión. Pero ¿dónde quedan Roberto Martínez Garcilazo, Moisés Ramos, Juan Gerardo Sampedro, Jaime Mesa, Eduardo Montagner, Sánchez Clelo, Felipe Galván, Mario Calderón, Mario Alberto Mejía, Gilberto Castellanos, Juan Carlos Canales o acaso no radican en Puebla? Alí en su nueva carta, publicada el pasado lunes en El Columnista, responde a Pinto y a Dorra sobre el tema de los alumnos de la UAP, mejor ni hablar, nadie figura. Pero estimado Pinto, ahí le van otros nombres, aparte de los sugeridos por Alí: Carmen Barranco, Leonardo Ávila, Montserrat Aguilar, Juan Mendoza, Rodrigo Millán y más. Quizá me equivoque y en Crítica hasta Bolaño publicó. Muchos de los nombrados, quizá alguna vez pasaron por Crítica, pero el asunto es que no aparecen con frecuencia. Y a eso se refiere Alí, ¡a la falta de oferta! Qué flojera con el Club de Tobi.

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Estoy convencido que una revista por sí sola se defiende ante cualquier crítica, pero cuando una carta sincera y fundamentada en una visión personal de las cosas es capaz de propiciar todo un remolino de explicaciones y defensas, el errado no es el autor de la epístola, si no los vanos argumentos a favor de dicha. Sin duda, urge un cambio en Crítica. Es justo y necesario, o al menos dar apertura a nuevas ideas e intervenciones en las decisiones editoriales.

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Agradezco a Alí tan lúcida carta. Me ha ayudado a entender de dónde han salido tan pésimos archichin-Ches, yo creí que la edad sólo borraba episodios memorísticos, no creí que también acabará con la percepción y la calidad.

De espontáneos y villamelones en el VI Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura
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En los toros para que exista un espontáneo, ese experto en robar la atención del respetable, es necesario el aplauso de su respectivo villamelon, la pareja perfecta, que seguramente podría ganar un Oscar Academy Award. Pero para que el espontáneo trabaje de forma correcta, estoy seguro que debe tener un patrón.

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La organización comandada en teoría por Marcela Viañez y Eduardo “el donas” Ramírez, tienen un superior eternizado de nombre Julio Meza Morales quien disfruta de comandar a sus dos lacayos, que a su vez tienen un séquito de villamelones dispuestos a defenderlos a cualquier costa, debido a la incapacidad de los dos primeros para defenderse con argumentos. Tan ilustres personajes acaban de organizar un Congreso Nacional, el cual han vendido como lo mejor de lo mejor. En un trabajo periodístico que hice junto con mis amigos, el cual estoy dispuesto a compartir con Intolerancia y otros periódicos locales, si me dan el foro, les entregaría en un disco una serie de entrevistas hechas a asistentes tanto locales como nacionales a dicho Congreso donde hacen ver las carencias del mismo.

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Una de las quejas constantes es la falta de visión para elegir ponencias, Yucatán por ejemplo, comentó en corto, que de las treinta ponencias que mandaron, diecinueve fueron rechazadas por falta de calidad, a pesar de haber sido aceptadas para el Encuentro Iberoamericano de Literatura a realizarse próximamente en la BUAP. Otra queja constante fue la desatención hacia el visitante, pues nunca hubo nadie de la organización que les explicará cómo llegar a los salones en que se realizaron los eventos. Vaya, para colmo, ni siquiera supieron ponerse de acuerdo para organizar los reventones de cada día.

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A muchos maestros no se les notificó la realización del Congreso, eso explica porque la mayoría optó por dar clases; ni una convocatoria se les mandó. Ni siquiera fue nombrada nuestra actual Coordinadora, la Mtra. Sara del Valle, en el programa con las demás autoridades universitarias.

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Y como esas, hay muchas irregularidades. De las cuales me quejo porque tengo ojos y el derecho a ejercer una crítica, que se debe atacar con otra crítica, y no con espectaculares verdulerías en un tono que aspira a ser argentino, pero que a leguas se le nota lo indio.
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Mtro. Enrique Agüera Ibáñez, Rector de la BUAP, de manera informal, y que en esta semana espero hacerlo por la vía correcta, hago de su conocimiento que este dúo conformado por Marcela Viañez y Eduardo Ramírez andan rumoreando que las autoridades de la Universidad han detenido apoyos a los Encuentros Literarios debido a que tienen una demanda guardada en mí contra por un supuesto fraude cometido durante la organización del 3er Encuentro Interno (15-17 agosto de 2005) y que gracias a ello la Universidad fue demandada. Espero podamos aclarar pronto este tema, porque de ser un comentario sin fundamento ejercido por ellos y donde involucran a ustedes como autoridades, ejerceré mi derecho a demandar a estas personas por difamación.

Para cuando salga esta triste y solemne columna faltaran dos días para que concluya dicho encuentro. Las carencias son demasiadas. Empezando por el programa de éste evento, el que sean dos hojas papel bond tamaño carta, dobladas a la mitad para hacer un librito de seis páginas no es lo malo, el inconveniente es que están engrapadas con las patas y mal paginadas. Es de llamar la atención que a pesar de que sea un Congreso de Literatura, en las conferencias magistrales ¡no existe ningún literato!, supongo porque Mario Calderón, Adolfo Sánchez Vásquez, Mario Viveros, Corea Torres o Víctor Toledo, quienes aparecen en la antología Miscelánea erótica (BUAP, 2007) no tienen nada que ver con el erotismo, tampoco Toda esa gran verdad de Eduardo Montagner (Alfaguara, 2006), que en palabras de Sada dicha novela aborda “las vicisitudes de lo que significa descubrir una genuina identidad homosexual”, no toca el erotismo ni de embarrada; vaya ni creo que Alí Calderón, nuestro Premio de Poesía Ramón López Velarde 2004, hable de erotismo en su poemario Imago Prima: A horcajadas/ con vergajo/ fustigarte:/ latigazo hasta el hartazgo/ coagulado en la memoria. Y la lista de ausencias en escritores y literatos, hechos en Puebla, capaces de abordar este tema, puede seguir. Eso sí, semióticos hay hasta vomitar en las magistrales. Pero creo el Congreso es de literatura no de semiótica. Claro los semióticos son grandes analistas, pero los escritores son, al fin y al cabo, los creadores. Ahora bien, recuerdo que alguien me platicó que para este Congreso era necesario contar en las magistrales con gente local, hecha en Puebla o al menos que viviera aquí, y entonces ¿qué hace una ponente magistral proveniente de la UNAM? Qué contradictoria situación. Cuando a mis amigos y a este paupérrimo columnista nos tocó organizar el “3er Encuentro Interno de Estudiantes de Literatura”, los actuales organizadores nos criticaron el usar Sala de Proyecciones, Salón Barroco, Salón Paraninfo como lugares para las conferencias y ponencias, así como el hacer las tertulias en Profética, debido a que los posibles asistentes, estudiantes del propio Collhi, se podían perder, y ahora en este Congreso Nacional la movilidad de espacios es aplaudidle, pero ¿no es curioso la incoherencia en su postura?, digo si un local se puede perder, creo que con mayor razón un visitante.

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Como amigo, aprendiz y alguien agradecido por el apoyo que brindaron a La Fuga literaria, la Dra. Lilia Cedillo Vicerrectora de Extensión y Difusión de la Cultura, el Lic. Damián Hernández, Dir. de Gestión y Atención Universitaria, así como el Mtro. Enrique Agüera, nuestro Rector, cuando organizamos eventos como La Dichosa Palabra desde el 1er patio del Carolino, el “Homenaje a Sergio Pitol” y el “3er Encuentro Interno de Estudiantes de Literatura” con la presencia de Xavier Velasco, Pedro Ángel Palou, Luigi Amara, Vivian Abeshushan, Alí Calderón y Lorena Ventura, todos premios nacionales; me da tristeza ver como aceptaron apoyar un Congreso que de Nacional sólo tiene el hombre y la asistencia de los compañeros de otras Universidades, pero su falta calidad es tristemente enorme. Pronto se viene el “Encuentro Iberoamericano de Literatura”, seguramente eso devolverá el prestigio a la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP que ha sido manchado con tan “enormes organizadores y grandes visionarios culturales”, propongo a Marcela Viañez y Eduardo “el donas” Ramírez para suplir a nuestro actual Secretario de Cultura, sin duda tienen la misma in-capacidad.

La semana de regreso a la rutina no pudo empezar mejor. Nuevamente la cultura poblana y la veracruzana están de fiesta, pues el escritor que compartimos recibió en días recientes la condecoración más importante que otorga el INBA: La medalla de oro, que fue otorgada en la sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes por Teresa Franco en representación de Sergio Vela, director de Conaculta. Y todo esto estuvo enmarcado por el aniversario número 75 del autor de El arte de la fuga.

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El novelista, cuentista, ensayista y traductor perteneciente a la “generación de medio siglo”, “casa del lago” o “generación del 32” fue homenajeado por sus amigos Álvaro Enrigue, Carlos Monsiváis, Mario Bellatin y Margo Glantz, además de contar con la presencia de otros escritores como Jorge Volpi, Federico Campbell, Carlos Pellicer Cámara, María Luisa Mendoza, José de la Colina, Consuelo Sáizar, Sealtiel Alatriste, Joaquín Diez-Canedo, Enrique González Pedrero, Anamari Gomís, Myriam Moscona y Rosa Beltrán. Todos ellos lectores, aprendices y herederos de Sergio Pitol.

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Hace no mucho, dentro del marco de la Feria del Libro de Minería, Pitol presentó su más reciente libro Triología de la Memoria editado por Anagrama, que no es más que la recopilación de sus tres libros monumentales: El arte de la fuga, El viaje y El mago de Viena. En este evento comentó que estaba considerando abandonar la pluma, pues teme que con la edad esté perdiendo también la calidad.

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Aún no sabemos si Pitol ya tomó una decisión al respecto. Uno desearía un libro más de nuestro escritor más representativo a nivel internacional, pero, quizá, el derecho a ejercer su renuncia sea también sano y necesario para dejar intacto sus logros y conservar un grato recuerdo lleno de grandeza. Porque estoy convencido que Pitol no dejará de escribir, seguramente sólo se reservará el derecho de publicar por un sentido de autocrítica o simplemente porque considera que ya no tiene nada más importante qué decir.

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Dicen que sólo los grandes saben cuándo retirarse a tiempo.

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Uno como lector cree que Pitol aún nos puede dar más. La última palabra la tiene él y nadie más, estaremos a la expectativa.

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Reflexión fugaz: La UAP encabezada y bien dirigida por Enrique Agüera Ibáñez, se acaba de colgar el éxito rotundo con la realización del WorldMUN. Le recomiendo echar un ojo a Filosofía y Letras, porque pronto unos estudiantes con “gran visión cultural” están por manchar la imagen de la universidad al organizar el Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura, cuya calidad es buena si fuera un encuentro de corte local. Ojalá Alejandro Palma, actual director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAP, en quien tengo mucha fe y esperanza, tome cartas en el asunto y se deslinde de este gran fracaso.

Para el recuerdo- 2da parte
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Querido lector, aquí la segunda entrega del juego de despedida que hicieron los alumnos del 4°B del Bachillerato José Sánchez Villaseñor con los que realice mis prácticas docentes. Decidí invitarlos a realizar un cadáver exquisito, que como se sabe es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en un juego antiguo de mesa llamado "consecuencias", aquí los jugadores escribían por turnos en una hoja de papel, la doblaban para cubrir la parte de la escrita, y después la pasaban al siguiente jugador. El nombre se deriva de una frase en francés que surgió cuando fue jugado por primera vez: « Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo).

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A continuación el resultado con unos pequeños retoques:

Nos vemos ya la semana que viene cuando toda Puebla regrese a su rutina habitual.

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Feliz termino semana y esperemos que el Puebla le gane a los albañiles del Cruz Azul y el América decida recuperar su dignidad ante las truchas del Veracruz.

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El camote tiene que estar a la alza y todos a apoyar al Puebla, los reclamos para después. Vamos Franja, hay que salvarnos.

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Y espero que para cuando salga publicada la columna Ego, digo Hugo Sánchez ya esté limpiando sus pichichis en casa y haya dejado de amolar a la Selección Mexicana.

Como un juego de despedida con los alumnos del 4°B del bachillerato José Sánchez Villaseñor decidí invitarlos a realizar un “cadáver exquisito”, que como se sabe es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en un juego antiguo de mesa llamado “consecuencias”, aquí los jugadores escribían por turnos en una hoja de papel, la doblaban para cubrir la parte de la escrita, y después la pasaban al siguiente jugador. El nombre se deriva de una frase en francés que surgió cuando fue jugado por primera vez: “Le cadavre-exquis-boira-le vin–nouveau” (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). Los teóricos y asiduos al juego: Robert Desnos, Paul Eluard, André Bretón y Tristan Tzara sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.

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A continuación el resultado con unos pequeños retoques:

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Son cerca de tres años

deseando que te esfumes

o desaparezcas para poder olvidarte.

Pero siempre fracaso.

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Ayer fui al Sahara

a enterrarte, y sacarme este dolor

que carcome mi mente,

mi corazón,y recordé

que el sol más intenso

en el más cálido y quemante desierto

no se compara con tu mirada,

que quema, que guía y abraza.

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Hoy, por la noche

pensé en la comisura de tus labios

y en los besos calcinantes

que de ellos emanan

y no pude evitar las ganas

de desgarrarte las ropas,

pero estábamos sólo mi cuerpo desnudo

y la imagen que aún conservo de ti.

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La próxima entrega de esta columna dará espacio al otro texto que resultó de este ejercicio.Y espero a algunos de mis alumnos verlos en el taller que estaré dando junto con un amigo en dicho bachiller.

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La experiencia de dar clases
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Dar clases es una empresa complicada. Se necesita mucha paciencia, devoción y pasión. Es parte de lo que aprendí el gracias a las prácticas docentes que a uno le piden cuando cursa el Taller de Docencia en el Collhi. No existe la palabra suficiente cuando uno imparte clases. Siempre se debe buscar más, aunque el grupo o las circunstancias que conforman a éste no lo permitan.
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Un salón es como un partido de fútbol. En este caso el juego es más disparejo y complejo. El encuentro es uno contra veinte, quizá hasta cincuenta alumnos, cada bando con su estrategia. La del docente consiste en saber aplicar las técnicas, en teoría aprendidas en clase; mientras que el alumno busca imponer su juego: escribir poco, ejercitar poco, tener mayor tiempo de descanso.
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En un salón de veinte alumnos, como el que tuve, se tiene que tener una estrategia general y una particular, en otras palabras, una enfocada a todo el grupo y otra que pueda servirle a aquellos alumnos que llevan un proceso de aprendizaje más avanzado o disciplinado. Lo difícil recae en los procederes individuales que tiene cada salón, pues son poseedores de diversas maneras de encantamiento. Uno como docente puede identificar fácilmente al alumno o alumna que echa relajo, así como su antítesis, pero ¿qué pasa cuando existe una oveja disfrazada de lobo?, sí, resulta que en mi salón tuve dos que tres alumnos que debajo de una esfera relajienta, existía una de aprendizaje. Algo gratificante, pero a la vez problemático. Mientras podían hacerte un ensayo muy rescatable y responder un examen de manera correcta, su indisciplina y haraganería les restaba todo lo ganado en las pruebas finales. Y también existe la otra parte, alumnos que confiados en su esfera de eterna calma, disciplina y atención en las clases, a la hora de las pruebas finales resultaban ser todo lo contrario a lo que ofrecían.
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Es difícil hacer una evaluación muy detallada sobre lo aprendido, creo que un mes no es suficiente, un semestre quizá es más útil. El maestro y el alumno tienen que aprender a entrar en una dinámica concensuada por ambas partes, para eso se necesita tiempo. Mi dinámica intentó asemejarse a un taller, pero el propio grupo me orilló al clásico dictado, era la única forma de tenerlos en calma. Y a la hora de evaluar tuve que recurrir a la revisión detallada de su ortografía. Se me hacía increíble que en un segundo de bachiller, aún escribieran "ablar" en lugar de hablar, o "tube" por tuve. Pero una maestra me ha dicho que eso es comprensible, pues en un dictamen de doctorado uno de los maestros puso: aprobado por hunanimidad.