Rotary International: un camino recorrido.
Corría el año de1999 cuando ingresé al rotarismo por invitación de mi primo Alejandro García Godínez. En diciembre de ese año fui miembro fundador junto con otros personajes del Club Interact Puebla de los Ángeles, del primer Interact del Distrito 4180 (Puebla, Morelos, Guerrero y Tlaxcala) nuestros padrinos: el Club Rotaract Puebla de los Ángeles, ambos eran como los hijos del Club Rotario Puebla A.C. Mi primer cargo fue el de Secretario del club, en ese lapso nos tocó apoyar juntar víveres juntos con los demás clubes de Puebla, para llevarlos a la sierra norte de Puebla que había sufrido aquellas terribles inundaciones que todos recordamos. Pasó el tiempo y para el siguiente periodo ejercí como Vice-presidente, año en cual nuestro club se empezaba a conocer, poco a poco íbamos trazando camino y se nos unían más Interact´s en el distrito. Para el período 2001-2002 fui nombrado Presidente del club Interact y Representante Distrital de los cinco clubes Interact que existían en ese momento. Trabajé junto con el Arq. Julio Medina Morales, quien era el Gobernador Distrital en ese año y a quien le guardo respeto y cariño. Al rotarismo no sólo le debo las enseñanzas y la oportunidad enorme para desarrollarme, le debo muchas amistades, al menos yo así los considero y los seguiré considerando, personajes como: Cristóbal Encinas Arroyo, Julio Medina Morales, Juan Francisco Menéndez Priante, Diana Muths, Carlos López García, Julia Ordoñez Rodríguez, Ulises Mentado Amigón, Paulo Gomes Da Silva, Jesús Dávila Fuentes (Q.E.P.D.), Alejandro Dávila Fuentes, Luis Gerardo Tellez, Adrián Castro Fantini, Horacio Hidalgo Mena, Jorge Jiménez Alonso, Alejandro Cañedo Benítez, Jorge Bonilla y todos los amigos del Club Rotaract Puebla de los Ángeles, así como del Club Rotario Puebla A. C. La lista es enorme y nunca acabaría, también están amigos que dejé en Cuernavaca, en fin. A todos ellos les debo mucho, pero el rotarismo también me quedó a deber y espero un día de estos poder regresar para pagar algo que dejé a la mitad, pero de distinta forma.
Yo, un mujeriego lírico.
La semana pasada, asistí al psicólogo o más bien a unas páginas de La insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera. En su hermosa novela encontré lo siguiente: Entre los hombres que van tras muchas mujeres podremos distinguir fácilmente a dos categorías. El mujeriego lírico: persigue siempre al mismo tipo de mujeres, nadie se da cuenta de que cambie de amantes; los amigos le crean permanentemente conflictos por que no son capaces de diferenciar a sus amigas y les atribuyen el siempre mismo nombre. Buscan en todas las mujeres su propio sueño, subjetivo y siempre igual, sobre la mujer. Se buscan a sí mismos en las mujeres, buscan su ideal y se ven repetidamente desengañados porque un ideal es, como sabemos, aquello que nunca puede encontrarse. El desengaño que los lleva de una mujer a otra le brinda a su inconstancia cierta disculpa romántica, de modo que muchas mujeres sentimentales pueden sentirse conmovidas por su terca poligamia. Hasta acá la cita. Bueno, a dicha conclusión llegó la amiga Jenny.
14 de Febrero: un poema de Villaurrutia de regalo.
El domingo 6 de febrero de este año me compré el libro: En la alcoba de un mundo del novelista poblano perteneciente al Crack, Pedro A. Palou García. Entre unas páginas encontré el siguiente poema: Amor Conduce Noi Ad Una Morte: Amar es una angustia, una pregunta,/una suspensa y luminosa duda;/es un querer saber todo lo tuyo/y a la vez un temor de al fin saberlo./ Amar es reconstruir, cuando te alejas,/tus pasos, tus silencios, tus palabras,/ y pretender seguir tu pensamiento/cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas./ Amar es una cólera secreta,/ una helada y diabólica soberbia./ Amar es no dormir cuando en mi lecho/ sueñas entre mis brazos que te ciñen,/y odiar el sueño en que, bajo tu frente,/acaso en otros brazos te abandonas./ Amar es escuchar sobre tu pecho,/hasta colmar la oreja codiciosa,/el rumor de tu sangre y la marea/de tu respiración acompasada./ Amar es absorber tu joven savia/y juntar nuestras bocas en un cauce/ hasta que de la brisa de tu aliento/ se impregnen para siempre mis entrañas./ Amar es un envidia verde y muda,/una sutil y lúcida avaricia./ Amar es provocar el dulce instante/en que tu piel busca mi piel despierta;/saciar a un tiempo la avidez nocturna/y morir otra vez la misma muerte/provisional, desgarradora, oscura./ Amar es una sed, la de la llaga/que arde sin consumirse ni cerrarse,/y el hambre de una boca atormentada/ que pide más y más y no se sacia./ Amar es una insólita lujuria/y una gula voraz, siempre desierta./ Pero amar también es cerrar los ojos,/dejar que el sueño invada nuestro cuerpo/como un río de olvido y tinieblas,/y navegar sin rumbo, a la deriva:/porque amar es, al fin, una indolencia. Fin del poema. No hay palabras para describirlo más que las mismas del poema. Y va para todos mis amigos (as).
« back home