El que quiso ser novelista.
El jueves veinte de octubre leí una “portentosa columna” cuyo fin pretende ser la hacedora de la verdad en esta la Puebla hipócrita, la Puebla falsa, la Puebla tramposa. El disparate nace con el fin de descalificar el artículo de Jaime Mesa, publicado en el número 112 de Crítica, dónde habla de la reciente aparición de la novela Ritmo Delta de San Daniel Sada.
Nuestro magnánimo poeta, no habla del artículo de Mesa, ataca la amistad y el aprecio que éste tiene hacia Sada. Desde luego, se nota un claro descontento por que el suplemento Fronda del Diario Intolerancia, dirigido cabalmente por Jaime Torreblanca y Mesa, habla más de novela que de poesía, se ve que no leyó los números en los que participó nuestro poeta más joven y completo como lo es Alí Calderón. En fin, muchas sartas desprendieron de un personaje que no me quedó claro, si odia a Jaime Mesa, a la novela de Ritmo Delta, al mismo Sada o simplemente envidia de no tener una relación amistosa, basada en la admiración mutua entre maestro y alumno. Pero puede que alguna vez haya intentado entrar a tomar clases con Sada y no tuvo la calidad para ser aceptado. Según el artículo, el suplemento Fronda “pretende dictar lo que sí y lo que no funciona en el mercado”. Pero seguramente es una broma pues al parecer esos mentecatos párrafos pretenden dictar lo que sí y lo que no funciona en la crítica literaria que se ejerce en la Puebla mentirosa. Sólo falta que la ironía nos escupa a la cara y dicte: la verdadera crítica literaria en Puebla, la ejercen dos poetas más locales que el recién descendido Puebla de la Franja.
Más sobre blog´s
El arte de bloggear o postear, es infinitamente sorprendente. A continuación tres páginas que visito frecuentemente para leer críticas bastante atractivas, la razón: son hechas por lectores comprometidos y sin otro afán, que no sea el propio. Por cierto, nunca se han bautizado como hacedores de críticas literarias: 1) http: //sendalibros.blogspot.com,
2) http://vicenteluismora.bitacoras.com y 3) http://www.lacoctelera.com/lectorileso
60 años del Nobel a G. Mistral
El viernes pasado a la una y media del medio día en el auditorio principal de la UDLA-P se celebró el sexagésimo aniversario en que a Lucila Godoy Alcayaga, cuyo seudónimo era: Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957), le otorgarán el Premio Nobel de Literatura en Noviembre de 1945. El homenaje fue presidido por: Pedro Ángel Palou García, Rector de la UDLA; Eduardo Aninat Ureta, Embajador de Chile en México; Jaime Quesada, Presidente de la fundación de Gabriela Mistral, y la poeta Gabriela Puente.
Gabriela Mistral en palabras de Pedro Ángel Palou: El gran mérito de Gabriela Mistral fue ganarse, como mujer latinoamericana, un lugar público a nivel internacional, a pesar de provenir de una región donde la mujer no tenía vida pública. Gabriela Mistral volvió visible la figura de la mujer latinoamericana, y como señala Jacques Ranciere, al referirse al arte, sólo lo que se vuelve visible adquiere el rango público, es decir, adquiere el poder para incidir en el Estado y la sociedad. De esta manera, no cabe duda que la poeta chilena contribuyó al empoderamiento de la mujer latinoamericana. Gabriela Mistral nos enseñó que las cosas no tienen un solo nombre, sino varios; nos enseñó que nuestra identidad debe ser flexible. Cuando aprendemos a ver la realidad como un amasijo de complejidades y contradicciones, cuando los nombres y hombres son varias cosas a la vez, cuando no nos casamos con un nombre, con una rutina, con una idea, con un dogma, entonces estamos abiertos a cambiar continuamente, a mejorar y a ser otros a cada instante, a tener varios pseudónimos porque nosotros mismos somos huidizos y estamos en constante cambio, es decir, aprendemos y desaprendemos todos los días. Gabriela y Lucila: metáforas en movimiento. Gabriela Mistral encarna la figura de una mujer con templanza, no fue una feminista disparatada, y mucho menos una mujer sumisa, fue más bien ella misma, una mujer de convicciones concretas, de pasos certeros y bien fundados, a pesar de que la reflexión y angustia ante la muerte, el amor y el dolor nunca la abandonaron.
Inventario sentimental.
Tiempo atrás.
Hace tiempo que la literatura dejó de ser motivo de estudio. Mientras escribo palabras al aire, mi oído capta un poema de Espronceda. No tengo tiempo para estudiar. Mientras estudio, me aburro de la pasión. Leer alimenta más el conocimiento y satisface el alma. Es un acto cercano al primer beso. No creo en la literatura como estudio. El humano siempre actúa contra sus pasiones. Estamos acostumbrados a suicidarnos con la inconciencia a toda luz. Entender al humano es la pérdida de tiempo, más conocida, pero menos aceptada. Espronceda hace rato que acabo de zumbar en mi oído. Estudiar literatura es una empresa tan inútil, como el creerse futbolista nada más por dominar el videojuego FIFA 2005 en cualquiera de sus modalidades para jugarse. Escribir es el acto de desnudarse. La crítica literaria es la forma más variada de decirle a alguien, viste que feo estás. (http://alfredogodinezycia.blogspot.com)
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