Otra vez es ella jugando a no sé que. Y vuelven a ser las letras las víctimas de mis pensamientos. Y estás páginas son las que se metamorfosean en la amiga confidente.
Mientras mi cabeza da vuelcos con su presencia, mi alrededor se torna denso, oscuro, pusilánime. Debería alzar la voz y protestar por todo eso que llamamos: mierda. Pero no, al contrario me vuelvo el abogado de las causas oscuras. A veces el humano es capaz de traicionar los principios por temas que beneficien a muchos.
Soy habitante de un país en completas ruinas y soy una de ellas.
Pero ni la alta traición que mis principios van a sufrir, son capaces de borrarme su imagen de la mente. Es tan fuerte, tan viva como la ausencia real. Invade mis sueños, taladra mis pensamientos y viola mi tranquila soledad. Y sin embargo es sólo una imagen. Lo único cierto es que aquí nada paso y el mundo siguen siendo tan cerdo como yo. Sin querer todos llegamos a vendernos a prostituirnos.
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